Espero que el primer obstáculo (estudiar o no “Medicina”) se resuelva conforme leas artículos, platiques con otros estudiantes de Medicina, platiques con médicos, vayas a guardias y clases (acompañando a algún estudiante), etc. Hablemos sobre el segundo obstáculo, ¿en que universidad estudiaré la carrera? Tus opciones serán tan grandes como lo sea tu economía. Hay ocasiones en las que no tenemos mas que una sola opción y a veces también, con algo de suerte, resulta que esta única opción es altamente recomendable. No te pases todos los días rompiéndote la cabeza tratando de decidir si vas a estudiar aquí o allá. La verdad es que tu formación depende de TI y no tanto de tu universidad. Si tuviésemos que asignarle porcentajes a esta última aseveración, yo consideraría que tu formación depende de ti en un 80% y en un 20% de tu universidad. Nada te servirá ir a la universidad más costosa y de mayor prestigio en México si vas a pasar tus próximos seis años copiándote de medio mundo, asistiendo a la mitad de tus clases y pasando todas tus materias con “examenes extraordinarios”. Depende de ti y de cuanto te esfuerces por aprender y mejorar. Debes saber que sea cual sea tu situación económica, la carrera de Medicina exige una mayor inversión a la que exigen las demás carreras (dentro de una misma universidad). De entrada se pagan más semestres. Se pagan materiales utilizados en laboratorios. Se pagan MUCHOS libros que por el material que contienen, son (con justa razón) muy costosos. Debes estar preparado para ello y debes tener bien informados a quienes te apoyan económicamente (si ese es tu caso). Busca una universidad que se adapte en mayor grado con tu cultura, creencias y estilo de vida. Busca la universidad que puedas pagar y acuérdate que ellos sólo te orientarán.

           

El tercer obstáculo habla sobre el examen de admisión. Este examen se aplica ya en la mayor parte de las universidades tomando en cuenta la creciente demanda por la carrera de Medicina. La verdad es que en estos examenes se ponen a prueba los conocimientos que hayas archivado a lo largo de toda tu vida. Son examenes en donde sin duda alguna necesitarás un poco de suerte. ¿Suerte por qué? Bueno pues porque por más culto que crees que seas, a veces se nos olvida como se dice la palabra “Guerrero” en Náhuatl o de que se trataba la obra “Hamlet” de William Shakespeare. Prepárate lo mejor que puedas y con todo el tiempo que puedas. Busca cursos que te puedan preparar un poco para esta clase de examenes, en donde lamentablemente se truncan las aspiraciones de muchos jóvenes. Si no tienes la fortuna y capacidad que se requiere para pasar este examen, ¡no te des por vencido!

            



Hablando del examen de admisión quisiera decirte que es este el punto que abre la competencia que se vive en la carrera. Una competencia que inicia antes de tu primer día de clases y que no se acaba NUNCA. Constantemente compites (y no peleas, espero) con el resto de tus compañeros por obtener un mejor promedio. Un promedio que te ayudará a obtener una plaza más privilegiada para hacerte cumplir con tu año obligatorio de Servicio Social (después de los seis años aproximadamente que durará tu carrera). Tu promedio indicará si haces el Servicio Social en el hospital de tu universidad, en una clínica a la vuelta de tu casa o en un pueblito llamado “San Fermín de Lastungo” (no lo busques en Internet, no existe). Aún así, no creas que es mejor una u otra opción. La verdad es que se aprende mucho más entre más lejos te vayas (por lo general). Después del año de tu Servicio Social, competirás (siempre y cuando desees una especialización) no sólo con los compañeros de tu universidad sino con ¡todo México! El famoso “ENARM” es un examen conocido ya como un auténtico “cuello de botella” al otorgar solamente (varía con los años) 7,000 plazas. Tu creerás que son muchas plazas, que hasta te alcanzarán dos o tres. Compiten 35,000 “Médicos Generales” (o alguna cifra parecida) por esas 7,000 plazas, ¿todavía crees que son muchas?
La verdad no le hagas mucho caso a esos números, no sé con exactitud la proporción que hay en estos años entre cuantos médicos presentan y cuantos obtienen una plaza. Lo que si sé es que no es una proporción muy favorable.
           

Lo que te he venido diciendo es con la única finalidad de que el día de mañana te esfuerces a más no poder en la carrera. Recuerda que el sacrificio y la recompensa están en constante comunicación. Entre más te esfuerces la lógica dice que te irá mejor. Al irte mejor no sólo acabarás la carrera en el tiempo “normal” sino que también obtendrás una plaza privilegiada para realizar tu Servicio Social y también una plaza de especialización. El examen de admisión puede preguntarte sobre cualquier cosa que hayas visto a lo largo de toda tu primaria, secundaria y preparatoria. El “ENARM” puede preguntarte sobre cualquier cosa que hayas visto a lo largo de toda tu carrera (centrándose en cuatro materias, pero no es el tema). Una vez entrando, no vayas a preguntarte porque debes aprenderte tantas y tantas cosas. Algunas de ellas las considerarás tonterías, pero créeme, todo es útil y entre más archives mejor (por el bien de tu formación y por el bien de tus pacientes, por supuesto). No vayas a estudiar para un examen siguiendo los criterios o siguiendo una guía. Estudia para un examen sabiendo que el día de mañana podrás aplicar la información para salvar o mejorar la vida de algún familiar, de algún conocido, de algún paciente. A veces se nos olvida que estudiamos para servirle a la gente. Se nos olvida y terminas estudiando sólo para pasar uno u otro examen. No podemos decir “esto no lo estudiaré porque no va a venir en el examen, no esta anotado en los criterios/guía”. ¡Estudiemos TODO! A veces no te alcanzará el tiempo por más organizado que seas y por supuesto que irás aprendiendo a discriminar cierta información. Eso es totalmente aceptable pero dejar de leer porque crees haber leído todo lo que es “más importante” aún y cuando tienes tiempo de sobra esta mal, mal, mal y…mal. Créeme que de hacer eso, sobre todo en esta carrera, llegará un tiempo en el que no sentirás el agua en el cuello, pues ni cuenta te darás cuando ya te empapó las cejas. Estudia todo lo que puedas. Aprovecha el tiempo de la mejor manera posible y de nuevo te recomiendo, ¡organízate! (has de estar diciendo, ¡primero organiza tu artículo! Una disculpa por ello).

El cuarto obstáculo es ¿Qué demonios estoy leyendo? Así iniciarás y cada vez irás comprendiendo de mejor manera el lenguaje médico (ya hablamos un poco de esto). Las dudas las tendrás toda la carrera. Si bien es cierto que conforme pasan los días más te familiarizarás con los textos, habrá momentos en que no entiendas absolutamente nada de lo que lees o escuchas. Esto es normal, no te asustes. Los primeros días de clases creerás que eres el ser humano más perdido y desubicado del mundo. Aunque no lo creas, quizá y TODOS tus compañeros estén sintiendo lo mismo (pero claro que no nos damos cuenta porque todos ponemos una cara de “esto es pan comido, ya sabía un poco sobre el tema”). Lee, si no entiendes, vuelve a leer, si no entiendes aún, pregúntale a algún compañero/maestro. Si después de todo esto no entiendes, vuelve a leer.

           

Ahora hablemos del obstáculo numero 5,786,860. No, mejor me hablas de este obstáculo una vez que hayas terminado tu carrera. ¡Éxito y siempre para adelante!

           

Me gustaría compartirte un texto con el que me tope en la red escrito por un anónimo que dice haber abandonado la carrera (al creer no tener la fuerza necesaria). Dice también que lleva el resto de sus días arrepintiéndose de haber tomado esa decisión. ¿No te arrepentirás tu el resto de tus días por no haber siquiera intentado? ¿No te arrepentirás tu también por haber abandonado tu sueño? Mi propósito no es buscar que TODO el mundo ingrese a esta carrera (ya la demanda es bastante como para darle promoción). Ese no es mi propósito, pero si estas leyendo este artículo es por algo. Es porque no te decides aún, es porque no sabes si abandonar la aventura que acabas de iniciar. Espero que este texto te sea útil: “¿En verdad quieres ser médico? ¿No te cansa estudiar más de 8 horas y que no sea suficiente? ¿No te enfada tomar café por litros y que las ojeras no las cubra ni el maquillaje? (si eres mujer, claro…espero). ¿Qué tu fin de semana ideal signifique terminar lo visto en la semana? ¿No te frustra que tu meta sea cada vez más lejana conforme avanzas de año por lo difícil que se tornan las materias? No te entristece cuando tu familia pregunta ¿Qué tal la escuela? Dudar unos segundos para después decir… “bien”. ¿No te cansas de llorar de impotencia por que no entiendes algo o porque te falta tiempo para terminar de estudiar? ¿No te frustra que no puedas lograr lo que te propones cada inicio de semestre? (exentar una materia, pasarla en la primera vuelta o, simplemente pasar). ¿No te desilusiona que hayas perdido más de lo que has ganado? ¿No te da rabia que tus compañeros saquen 90’s incluso 100 y tu no puedas sacar ni un 70? Las frases “me voy a dar de baja”, “esto no es lo mío” ¿son parte del lenguaje cotidiano que escuchas? Y las guardias ¿Qué tal cuando después de una todavía tienes carga asistencial y académica, y te exigen como si estuvieras fresco? ¿Todos tus amigos pueden salir a las fiestas que quieran mientras tu tienes guardia o no has terminado de estudiar? ¿Si? Eso mismo me pasaba a mi. Soy un Abogado exitoso, no lo niego mi trabajo me ha brindado muchas oportunidades. Pensé que era feliz al cambiarme de carrera. Pensé que era inteligente ya que no cualquiera tomaba esa decisión por el ¿Qué dirán mis padres? ¿Qué dirán mis amigos? Pero me di cuenta que ¡NO! Porque al visitar a un ex compañero de carrera que ¡ya era doctor! Que SI tuvo las fuerzas o lo que fuese necesario para serlo, que siguió soportando todo a lo que yo renuncié, por no creer poder con ello. ¿Será que la recompensa a todo lo sufrido al final vale la pena? Fue entonces cuando pregunte ¿Qué se siente? Y el me respondió, las palabras que nunca olvidaré: “He sido usado por Dios para salvar la vida de cientos de personas, para hacer más fácil la de otras cuantas y para sanar heridas de miles. Fue difícil llegar hasta aquí, pero créeme que lo volvería a hacer si fuese necesario”. Yo sólo pensé ¿Cómo ese cansancio, esa frustración, como pudieron hacer que se desvaneciera mi sueño? ¡No te des por vencido! Escogiste la carrera indicada. Ser médico no es jugar a ser Dios, es tener el privilegio de ser un instrumento de Dios. Dios sabe escoger a sus angelitos y, ¡te escogió a ti! Sólo quiere hacerte mas fuerte, y por eso permite que superes obstáculos. El mismo te ayudara a vencerlos. Amigos estudiantes de “Medicina”, no tomen una decisión apresurada. Dedicado a todos los médicos de México y del mundo que llegaron a la meta y también por los que están a punto de hacerlo. Gracias a Dios por sus vidas. Gracias a ustedes médicos por su disposición para el servicio. Dios los bendiga.”

            

           

Como bien se hizo mención en el texto (y no esta demás repetírtelo), ser médico no es jugar a ser Dios, es jugar a ayudarle. Ser médico si requiere de mucha dedicación, empeño y sacrificio. Aun así, recuerda que ser médico tampoco es una cosa del otro mundo. ¿A que voy con esto? A que por favor evites convertirte en uno de esos estudiantes de Medicina que se creen unos verdaderos mártires. Me ha tocado convivir con estudiantes de “Medicina” que están 24 horas, bueno 16 (quitándole las ocho horas que duermen) quejándose y quejándose para después, ¡quejarse de nuevo! Se quejan de todo, se quejan de lo poco que han dormido. Se quejan de lo mucho que han tenido que estudiar. Se quejan de no poder haber ido a la fiesta de su mejor amigo. Se quejan sobre los libros de “Medicina”, diciendo que son muy extensos y muy caros. Se quejan de los examenes, diciendo que son verdaderas injusticias. Se quejan de las guardias, diciendo que son excesivas e inhumanas. Se quejan de…bueno ya entendiste. Al quejarte sólo lograrás que la carrera se vuelva más tortuosa y pesada. Al quejarte sólo lograrás que los 6 años de tu carrera parezcan 36. Entre más te quejes más lento se te pasará el día y menos feliz serás en una etapa tan bonita de la vida como es la etapa universitaria. El retener tanto coraje y estrés solo hará que tengas cambios hormonales importantes, cambios fisiológicos que te harán mas susceptible a contraer una bola de enfermedades tal y como la gastritis y las úlceras. Por favor no te la pases toda tu carrera quejándote y peleándote con todo individuo que pasa por tu camino. Aprovecha el momento y siempre ve el lado positivo (aunque ya esto suene a un artículo de reflexiones, no importa).

           

Peor aún, están los “estumártires” (estudiantes que creen ser mártires y ya los abreviamos como estumártires) que se quejan con gente ¡que no estudia Medicina! Así es, no sólo se amargan su existencia sino que también la de aquellos que los rodean. Por favor no hagas esto que te platicaré a continuación porque es muy irritante y nocivo para la salud (tuya y de todos). Me tocó convivir con una estudiante de Medicina que cuando comía con su familia lo único que hacia era hablar de su carrera. Cuando estaba con sus amigos y amigas, también. Lo peor de todo es que hablaba de la carrera en los momentos más inoportunos. Cuando alguien preguntaba ¿Oigan ya vieron la nueva película de Brad Pitt? Ella decía (antes de que alguien mas comentara algo) “Yo no la vi porque he estado estudiando todo el día los últimos días. No la he visto porque no he tenido tiempo ni de comer, y cuando como, como poquito y acompañada de mi libro de Anatomía”. Entonces ya le preguntaban (cumplía su cometido) ¿Oye y como te fue en tu último examen? “Nombre súper mal, me falto estudiar”. Pasaba un rato y cuando alguien preguntaba ¿Oigan que les pareció el partido de la Selección Mexicana?, ella respondía “Noooombre, yo no lo pude ver, estaba estudiando y la verdad es que he dormido muy poco últimamente”. En primer lugar, por más triste que se escuche, ¡a nadie le importa! En segundo lugar, no puedes vivir quejándote de algo que ¡tu elegiste! Nadie te obligó a tomar esta decisión. Tú decidiste estudiar Medicina porque eso es lo que te nacía del corazón y porque es lo que para ti el destino tenia escrito. En tercer lugar, aprovecha los momentos en los que no se hable de Medicina para distraerte un poco y para ponerte al corriente de los sucesos que te has perdido. En cuarto lugar, recuerda que no a todos les encanta la Medicina como a ti, y que sólo debes hablar de ella cuando se te pregunte algo al respecto o cuando lo veas verdaderamente oportuno.

           

Con esto de “cuando se te pregunte algo al respecto”, debo platicarte de un tema muy interesante con el que te vas a topar desde tu primer día como estudiante de Medicina, quizá y antes de. ¿De que estamos hablando? De las constantes preguntas que te hará la gente en cualquier momento, en cualquier ubicación. Llevarás no más de un par de días como estudiante cuando te vea alguien con tu bata blanca puesta y te diga “Doctor, fíjese que traigo un dolor muy fuerte en la rodilla izquierda ¿Qué será?”. La gente que sepa que estudias Medicina te va a querer sacar una consulta hasta en una fiesta, preguntándote sobre que medicamento le recomendarías para la gastritis, las hemorroides, el dolor articular, etc. Entre más estudies lógicamente más facultades tendrás y mas probable será el que contestes las intrigas de tus familiares, amigos y gente en general. Cuando no estés seguro de algo no tengas miedo de decir “no lo sé, pero con gusto te lo investigo”. Eso siempre será mejor a que te pongas a inventar y que causes una de dos opciones 1) Causarle más daño a quien te pregunta 2) Dejar confundido a quien te pregunta por el resto de su vida. Así estudies a más no poder, siempre habrá material que desconozcas. Obviamente depende de ti que tanto material sea desconocido. Estudia desde un inicio porque para mucha gente, así lleves 1 día, 2 días, 7 semanas o 4 años, ¡tú ya debes saberlo TODO!

Por el momento lo único que debes saber es que estoy tremendamente agradecido contigo por haberte tomado el tiempo de leer este artículo. Espero que si puedas convertirte en el mejor médico del universo.

            


-Anónimo
pamela
24/7/2012 12:00:45 pm

hola! leí todo y no sabes como me identifico con lo que dices, yo ya pasé a segundo año de la carrera y soy la estudiante mas feliz del mundo. lo único que no quedo conmigo es el tener dudas, simplemente no hacia caso al "es muy difícil" "cuando entras ya no les gusta" y más blah blah!

Felicidades por darte el tiempo de escribir esto y ayudar a algún despistado :)

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25/7/2012 12:10:09 pm

Hola Pamela! Que bueno que te haya gustado y te hayas identificado con algunas de las cosas mencionadas en este artículo que amablemente nos proporcionó un estudiante de Medicina. Que bueno que hayas entrado a la carrera con tanta decisión y seguridad, sin duda alguna te ha ayudado. Como bien se menciona en el artículo, debemos diferenciar entre difícil y exigente. Ojalá que puedas seguir disfrutando muchísimo de esta linda aventura llamada Medicina, recordando que con el paso del tiempo sólo se va poniendo más interesante. Saludos!

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unknown
7/2/2013 05:19:28 am

A mi me hubiera gustado estudiar medicina, en vez de eso estudié diseño y si me gusta pero la verdad en varias ocasiones me arrepiento de no haber estudiado esa carrera. más que nada porque la razón por la que no estudié medicina fue por miedo a no poder con ella. Ahora tengo 23 años, recién hace unos meses terminé mi carrera de diseño gráfico me agrada trabajar de esto pero a la vez no dejo de preguntarme que hubiera pasado de haber elegido medicina, tal vez ya sea tarde pero me he planteado meterme a la universidad de dónde vivo (aunque se que saldría, si bien me va, de como 37 años de edad)

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2/9/2013 05:54:31 am

I thoroughly enjoyed this blog and created a Weebly account too.

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